El caníbal III
Cómo existir - Escapril 2024, día 29. He caminado por las aceras de la noche he llegado hasta mi casa, o cualquiera de mis casas: mamá me ha preguntado qué tal desde su cama, o quizás no, quizás he encontrado a mi pareja frente al ordenador y se ha preocupado por lo que me ha pasado, y le he dicho "luego". La ducha llora un agua que lame de mis pies descalzos la mugre y la sangre, pero el horror se me queda tras los ojos, el horror necesita uno de esos grifos que tienen en las fábricas para limpiarse antes de la ceguera, antes de que lo tóxico robe. No quería ducharme allí, creo que nunca llegué a ducharme allí, en la casa del poeta, en la casa de la bestia, en la casa del pasillo donde ahora se desangra como un cerdo la fiera. Una vez en ese corredor jugué a los legos: hay que entender que, para seguir el juego, a veces es mandato destruir lo anterior y crear algo nuevo con pedazos viejos; y ha sido violento pero, a mis casi treinta años entiendo que ciertas cosas no se pide...