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Mostrando entradas de abril, 2024

El caníbal III

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Cómo existir - Escapril 2024, día 29. He caminado por las aceras de la noche he llegado hasta mi casa, o cualquiera de mis casas: mamá me ha preguntado qué tal desde su cama, o quizás no, quizás he encontrado a mi pareja frente al ordenador y se ha preocupado por lo que me ha pasado, y le he dicho "luego". La ducha llora un agua que lame de mis pies descalzos la mugre y la sangre, pero el horror se me queda tras los ojos, el horror necesita uno de esos grifos que tienen en las fábricas para limpiarse antes de la ceguera, antes de que lo tóxico robe. No quería ducharme allí, creo que nunca llegué a ducharme allí, en la casa del poeta, en la casa de la bestia, en la casa del pasillo donde ahora se desangra como un cerdo la fiera. Una vez en ese corredor jugué a los legos: hay que entender que, para seguir el juego, a veces es mandato destruir lo anterior y crear algo nuevo con pedazos viejos; y ha sido violento pero, a mis casi treinta años entiendo que ciertas cosas no se pide

El caníbal II

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Cirugía - Escapril 2024, día 28. Esta no es otra de mis noches bohemias Esta noche no hay saxofón y si hay música viene de una radio vieja que suena como un hueso entre las muelas Esta noche me arrastro me arrastro como siempre me arrastro hacia la hierba fangosa del cuarto de baño Esta noche me ha despertado una punzada en el estómago una especie de harikiri desde la bilis y me arrastro me arrastro me doy la vuelta soy ese insecto extraño de esa película de miedo que no he visto ¿de dónde viene este conocimiento entonces? De dentro de dentro viene de dentro del estómago es el trozo bueno de mi carne que me comí que me vuelca Miro el techo y la mugre del techo miro mi tripa de inasible embarazo y veo la piel estirada hacia arriba a punto de romperse En un alarido al trozo de carne le pido que pare pero a ese trozo ya crecido no le puede importar menos mi grito: la piel al fin se abre asoma un bisturí de dentro a afuera y desciende en una cesárea arcaica a vientre roto y abdomen en dos

Una valla entre tu libertad y la mía

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El límite absoluto - Escapril 2024, día 27. Dile a tu Dios estas palabras: solo dos letras marcan la diferencia entre el hoy y el mañana, entre la sonrisa y la lágrima, entre el continuo o el fin: no soy digna de que entres en mi casa pero una palabra mía bastará para tu marcha, un segundo mío de la lengua y la garganta sobrará para que, si me quieres o, al menos, me respetas, sin reproche y muecas te vayas. Dile a tu Dios, quienquiera que sea, en los confines del universo o aquí en la Tierra, con las manos marchitas o nuevas, impreso en libros, en billetes o en epopeyas, dile a tu Dios esa sílaba, esas dos letras, para ver si calla y da la vuelta; dile a tu Dios, con voz resuelta, que agarre tu no y se lo aprenda. ( Fuente de la imagen: Serial Experiments Lain).

Autómata

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Modernidad - Escapril 2024, día 26. Le digo a una IA que me defina el capitalismo o eso que sientes cuando estás enamorada o eso que sientes cuando llevas seis años seguidos enamorada o que al menos me haga una lista de todas las guerras pero  sus respuestas salen de Wikipedia, esa variable imposible dentro del yugo del dinero, un nexo global de personas  que escriben, revisan, cambian, mejoran; la IA se aprovecha de todo eso y me da una definición de libro para capitalismo, dos explicaciones redactadas a corte de bisturí aséptico sobre ese asunto tan complejo de estar enamorada, y me da una lista de nombres y fechas de todas las guerras que no comprende como no comprende que yo lo que quiero es un vídeoensayo enfervorecido en defensa de un mundo donde Wikipedia no sea excepción sino regla; un poema cursi y crudo de una chica enamorada palmo a palmo en sus tripas y otro de ella, ya mujer, seis años después con el amor como un té caliente en el estómago; y una muestra del horror, un por

El caníbal I

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Oscuro secreto - Escapril 2024, día 25. Me arrastro Un saxofón suena bajo mi ventana Son las tres de la madrugada Yo me arrastro entre sombras y una calle con olor a meados Me arrastro en noches sin luna Solo siempre estoy  tan solo Arrastro mi cuerpo que pesa una tonelada doy mucho asco yo lo sé -¿lo sé? lo intuyo- pero lo tapo con trucos de mago en la garganta: hablo de artes y literatura soy listo muy muy listo pero no tanto por eso me arrastro me arrastro me arrastro por pasillos con capa sobre capa sobre capa de polvo que ninguna mujer para mí ha limpiado y llego a una cama y encuentro algo no sé algo un trozo de mi carne más pequeño que no da tanto asco y lo huelo y lo rozo con los labios y para mí fue lunes o para mí fue sábado tanto da tanto asco pero recuerdo morder y masticar y saber que algo de mí fue bueno quizás algo que fue bueno ahora se disuelve en mí mientras yo me arrastro me arras trome arras tro. ( Fuente de la imagen :  I Have No Mouth, and I Must Scream, Dennis Sm

Crueldad y clemencia comienzan ambas por ce

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Transmisión inesperada - Escapril 2024, día 24. Imagina el zumbido de una avispa atrapada entre las láminas de un estor o entre una ventana cerrada y una persiana echada imagina su violencia contra el cristal imagina sus alas arriba y abajo y arriba no paran de atacar el toc silencio toc silencio toctoctoc un nervio amargo un chasquido dios mío la avista ha roto la ventana una raja nada más pero golpea otra vez y ya viene ya vienen los añicos que se clavan por todo tu cráneo y rompen el hueso y cristal y tuétano se te hunden en los sesos y sacan de ti por cada orificio un petróleo que se pega a la lengua que quema contra el paladar y lo desolla una fina lámina de piel churruscada te la tragas y te sabe a cerdo la avispa zumba detrás de ti se te agita la pantalla a la que llamas sentido de la vista todo muy Messenger en dos mil cinco y la avispa es una cintura y una cadera ancha la avispa es una mujer con un Cristo tallado en el esternón como la ventana de antes la avispa te mira se ríe

Mampostería pixelada

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Simulación - Escapril 2024, día 23. Levanto un muro y dos y tres elijo este suelo y este papel de pared -no, ese no era, no está bien: control más shift, lo elimino, busco a fondo y encuentro uno que sí es- elijo los muebles y los colores para cada uno de los muebles la mesa de madera clara -marrón- el escritorio -blanco- del ordenador la colcha que me tejió la abuela claro, no está, qué boba, pero era -azul- y tenía -ositos con números y letras- y no recuerdo los colores del baño -verde, o yo qué sé: blanco- pero sí el espejo que se abría y un olor como polvo fumado en un de moho cubierto cigarro un olor a sucio y a heces que no puedo (re)construir por muchas veces que mi memoria lo traiga de vuelta yo dejo toda aquella casa hecha y no meto a vivir a ningún pobre Sim -ninguno de ellos merece esto, aunque les haya ahogado en piscinas, quemado vivos, encerrado para matarlos de hambre, y aunque sólo sean puñados de píxeles y triste código, ningún pobre Sim merece lo que entre aquellos mu

La pena a mordiscos

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Deseo - Escapril 2024, día 22. Sus labios te dijeron sí, perro, tras una hora de presa industrial de tus patas sobre su vientre, tras morros torcidos y lamentos de perro hambriento, pobrecito, los ojos así hacia arriba, suplicante de nada, media horita: ¿es que ya no te gusto? ¿Es que ya no me quieres? Y pese a todo, al notarla mecánica, árida en tus dedos y ausente en los ojos, que se perdían hacia la nada de un gotelé donde encontraba lo mismo que una niña al mirar nubes; ni paraste ni preguntaste hasta que ya terminaste -media horita justa, ni un minuto menos: la pulpa del tiempo acordado se exprime hasta la gota última- y le dijiste "no te ha gustado" y "estabas rara" y ella te dio dos palmadas en la cabeza y caminó en silencio hasta la bañera y se metió, tras tus actos, sin que le doliera en un agua donde encontró las llamas que tú le arrancaste de entre las piernas a mordiscos que formaban las letras de las palabras "dar pena". ( Fuente de la imagen

Contratragedia

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El problema de la muerte - Escapril 2024, día 21. Era una tragedia sutil, la de los ojos abiertos otra vez, otra mañana en la orilla de la tormenta, otra descarga de datos trágica que me arrastraba hacia el nuevo día: estás aquí, bienvenida a otras veinticuatro horas de tu vida esto es todo lo que te pasó de niña esto es todo lo que harás hoy antes de sumergirte de nuevo en las aguas de la cama. Cuando existir era un pulso trágico que siempre perdía, forzada a golpe de arena hacia una ventisca contra la piel dolida; la muerte se convertía en la única salida: me tomaba entre sus manos, me abrazaba en un consuelo negro hacia el cosmos, con ansia, y ahora que, por sorpresa, ansío de otro día la llegada, la luz que me despereza de la caricia de las sábanas y recibo, con una sonrisa, el aire que colma el pecho; me encuentro, cuando miro hacia el techo, a la muerte de mi tiempo al acecho con los brazos extendidos, bien abiertos, pues sabe que cada día es un paso hacia ese estrecho abrazo que

Una década

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Polilla - Escapril 2024, día 20. El sol es una fragua donde entran dulces astronautas donde se acercan moscas ingenuas como a una lámpara de esas que las alas les queman: yo fui tal cual son ellas yo escribí estas mismas metáforas en otros poemas yo te vi los odios tan de cerca y aún así una vez y otra volé con mi aleteo de seda como vuelo ahora, niña tonta que desea el abrigo de piel de una mujer anónima en las yemas, los labios en ascenso hacia esas zonas tiernas, un camino en verano de los que agotan las piernas y, no sé, quizás algo de todas aquellas noches a tu lado dentro de eternas charlas que hoy, como yo, aletean hacia ropas perdidas para roerlas. ( Fuente de la imagen : Retrato de una mujer en llamas).

Rutina

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Un recordatorio - Escapril 2024, día 19. "Si quieres una imagen del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano, para siempre" - 1984, George Orwell. La Tierra gira alrededor del Sol es para todos lo mismo y mientras yo le pido cinco minutos más al reloj sacan el cuerpo de un niño de una mina de coltán y mientras yo me arranco la pereza antes de trabajar un padre amputa las piernas de su hijo en Gaza -sin anestesia sin anestesia el niño muere igualmente sin anestesia- yo me tomo un paracetamol porque me molesta la regla la guerra continúa ahí fuera tan lejos, tan cerca en la pantalla en la cabeza cuando recuerda durante la pausa del desayuno a una mujer que observa su rostro antes del ácido a otro negro agujereado en los Estados Unidos a las niña que se agarraba a los brazos de su madre mamá no dejes que me vaya no dejes que se me lleve este señor desconocido y espero para comer a mi pareja y recuerdo a los mendigos a los que he negado una moneda y por la tarde duerm

Espasmo

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Suspendido en el aire - Escapril 2024, día 18. Mis ojos ruedan hacia arriba se pierden hacia adentro del cráneo piel con piel con el lóbulo frontal líneas trazadas con bolígrafo rojo por mis escleróticas muestran las raíces de este pensamiento de esta súplica a Dios que me arrastra a un espasmódico éxtasis de Condenada Julia en plena clase de matemáticas en un febrero tan largo como la vida me pierdo al otro lado de la ventana me elevo cientos de metros atravieso nubarrones grises que anuncian unas uñas moradas sobre la comida prestada en el recreo por mis amigas me marcho hacia arriba aunque no tomaré un avión por vez primera hasta dentro de varios años: un cordón umbilical me conecta con esa muchacha sobre las nubes suspendida que llora al saber cómo la olvidan y al sentir el sol sobre la pena. ( Fuente de la imagen : Opening Air TV ).

Yo soy Pagliacci

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 Verdad - Escapril 2024, día 17. Unos nudillos chocan contra la madera toc toc quién es desde luego un chiste no te llamo desde fuera hacia adentro aquí en la puerta de tu occipital soy lo que sea que soy ahí detrás unos nudillos que rompen la madera toc toc quién es preguntas quitándote los auriculares porque algo -yo yo yo soy yo ¿no me ves?- se ha colado en tu música te levantas llegas hasta la puerta abres sabes que estoy pero no me ves no me hueles no me escuchas dejas la puerta abierta acercas una silla te sientas mirando el descansillo no te ríes en la cara del miedo ja ja ja no hay ninguna risa porque no hay chiste desde luego te cruzas de brazos y piernas, tiemblas como una niña de hecho, pero esta vez nada suena y yo no entro por esa puerta tan abierta que me dejas así que te levantas y cierras y toc toc quién es abres de golpe la puerta y ves no el descansillo sino tu casa una amalgama de todas tus casas o esa casa en concreto, ya sabes a cuál me refiero, y sientes un pincha

Dos millones de gotas compasivas

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Qué vergüenza... - Escapril 2024, día 16. Dos enanas rojas palpitan en mis mejillas cuando mi pareja le dice a su familia que me estoy declarando y sus risas y vítores y aplausos se desparraman por las sillas y por los restos de la barbacoa tan bien servida. Veinte agujas se clavan en mi frente cuando me quedo muda ante la gente, olvido los versos, las frases, las lentes caen por mi nariz mientras sucede un silencio que marcará para siempre temblores en mis manos y mis dientes. Doscientos gramos de ojos se posan sobre el pecho que mis hormonas desarrollan, así que elijo tres veces mi talla para la ropa y curvo las vértebras para que ahora ningún hombre pueda lanzarme una soga. Dos mil días más tarde, miro a mi espalda y descubro que aquella niña que se tapaba, aquella adolescente que dudaba y esta mujer que ahora tanto ama comparten un camino que se desanda y se recorre con una sonrisa tierna en la cara. ( Fuente de la imagen : Susurros del corazón).

Mi madre y la playa

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Playa - Escapril 2024, día 15. Mi madre quiere ver el mar siempre que viene sea invierno o verano, eso le da igual, así que nos aventuramos por unas rocas o dejamos huellas huidizas en la arena o nos ponemos blancas y luego rojas o acechamos como gatas desde las toallas o mezclamos nuestras carcajadas con las olas o se nos lleva Morfeo en una cabezada o estiramos el tiempo con historias y bromas. De todo pasa en la playa cuando vienes, mamá, así que desde aquí, verso tras verso, deseo que, cuando te jubiles, vengas ya para quedarte, no sólo verme, y vayamos juntas a la playa como cuando era peque, ¿te acuerdas?, como en esa foto donde ambas somos tan parecidas y perennes. ( Fuente de la imagen : Playa de Mónsul ).

Cerámica

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Un sueño recurrente - Escapril 2024, día 14. ç Una sábana de verano secándose al sol me acaricia los labios mientras la mece una brisa que roza con mimo esta piel. Estiro los brazos, encuentro a alguien, no importa si es hombre o mujer, y agarro sus manos en mis manos y atraigo palmo a palmo su cuerpo a mi cuerpo: siento el aire de un susurro en el cuello, y quizás, tras contener la respiración, un beso. No sé quién es este amigo, esta pareja, esta amante, este ser de barro esculpido por la diosa en mi cabeza; pero cuando de pronto dice que se marcha, le suplico su presencia, le pregunto "¿ahora?", y cuando suena la sirena que anuncia la guerra próxima, hundo mis dedos en sus cabellos y los agarro con fuerza, y ese alguien me dice "lo entiendo" y me dice "luego" pero yo sé que no existe sino este momento yo sé que de pronto despierto y hay un cráneo de cabra fundido allí adentro donde los niños no crecen y nunca culmina el deseo. ( Fuente de la imagen : Gh

Otra gata

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Ronroneo - Escapril 2024, día 13. Cuando despierto antes de la alarma porque mis gatos maúllan tras la puerta aunque falte una hora para su desayuno; cuando camino con pasos torpes, dormidos, bostezo y estos compañeros felinos se enroscan entre mis piernas; cuando, al fin, me agacho y los acaricio y piden su comida y ronronean y "qué qué, ya va ya va" les digo; pienso en mí no hace tanto cuando yo también creía que para ser amada debía soportar, famélica, esperas eternas al otro lado de una cerrada puerta. ( Fuente de la imagen : mis gaticos).

Toda suerte de prodigios

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¡Oh, la luz! - Escapril 2024, día 12. El sol estalla en mis retinas en un resplandor que rompe la negrura como unos nudillos contra un espejo, y los pedazos de la agonía reflejan la luz en cientos de agujas que tejen en punto de cruz hacia dentro de mis sobresaturadas pupilas. Nadie te advierte del miedo, de los sudores fríos y los temblores del mancillado cuerpo. Nadie te advierte de los horrores luminosos que trae el lucero cuando tras tanto tiempo conoces, al salir de lo oscuro, el color verdadero. Y tampoco nadie te advierte de que, una vez atrás el chasquido inicial, las pupilas adaptadas al verde, al azul, al blanco de pronto tan temido, puedes sentarte a practicar los ritos, hundir tu cayado en las aguas y separar el pasado del presente. ( Fuente de la imagen : DyE - Fantasy ).

Hoja caduca

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Postura - Escapril 2024, día 11. Encontramos un resquicio de Cristo en cada una de las aulas: una mano ensangrentada, los pedazos tiernos de un dibujo, esa madera que se hunde en la espalda y una pena que ahogaba en los fantasmas de los niños que plagan los pasillos del color favorito de cualquier infante triste: hoja caduca hoja caduca hoja caduca susurraban tras las puertas y en los armarios -a ningún niño feliz le gusta el color hoja caduca-. El hallazgo más importante fue, sin duda, una especie de serpiente retorcida en espirales sobre sí misma formada de algo así como vértebras humanas que zigzagueaba entre las patas de los pupitres donde una vez hubo susurros, estudio, risas; y que mostraba claras deformaciones en la parte posterior a la cabeza: nos miró con cada uno de sus tuétanos nos suplicó clemencia todos se fueron yo no pude aquellos huesos eran mis rezos aquella serpiente era mi infancia vi en ella a mi señor Jesucristo -ahora es mi señor Jesucristo- me acerqué con paso le

Salto de fe

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Niebla - Escapril 2024, día 10. Mi padre dice vivir entre la niebla dar latigazos contra la niebla disipar la niebla a chasquidos dar palos de ciego envuelto de niebla habla de la niebla durante una hora escribe un libro sobre la niebla a mi padre se lo come la mierda de la niebla y se convierte en la niebla y me envuelve con sus tonos grises y húmedos pero mi padre no huele a tierra ni a lluvia mi padre está muy frío pero no está muerto mi padre es una niebla densa que aprieta y sí ahoga es un planeta entero de niebla una niebla como de tabaco que llena los pulmones y donde nunca brilla nada más que un sol cabrón. Yo encuentro una vieja aeronave, un cohete a lo Ray Bradbury, me llevo libros de hojas mojadas, recuerdos extraños: una voz profunda clama mi nombre desde la niebla hace que vibre la chapa más que los motores durante el despegue, y al atravesar la atmósfera un fogonazo de luz me revela que no hay vida posible entre la niebla. ( Fuente de la imagen : Silent Hill).

My own personal Glokta

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Mala costumbre - Escapril 2024, día 9. No estoy encerrada en una celda oscura bajo un castillo abandonado perdido en una ladera oculta entre montes elevados. Nadie viene, despacio, a torturarme por pasillos estrechos, nadie va a fijarse en el látigo paciente en la pared vieja ni en que faltan en mis tobillos unas cadenas. Sólo soy yo, como siempre, en esta casa cada vez más acogedora dentro del cráneo -chimenea para el invierno, cocina remodelada, un olor a café de puchero y al lomo de mi gato-; y sólo es el látigo, que no se marcha o no lo tiro, no lo sé de facto: mi psicóloga dice "eso es una pala" y nos reímos un rato de las heridas a en mi espalda por haber vuelto al látigo. (Fuente de la imagen: Mirador Ría de Aldán ).

La hija aprende a hablar

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¿Cuál es la verdad? - Escapril 2024, día 8. Decir la pe con la e y la efe con i mover el cemento para situarlo entre los dientes, decir la ce con la e decir con las cuerdas vocales dentro de un puño aquellos hechos tan antiguos y a la vez tan atravesados en el cuerpo toda la humedad de la boca se trasvasa a los ojos cuando lo intento toda la honestidad modela bajo su peso cada una de mis vértebras, me vuelvo carbón apretujado y latente no sé si a punto de prenderme o a punto de ser diamante pero estas palabras solo las pronuncio los jueves y mi tía indaga, en un sueño, los motivos y yo como si fuera real le digo que no le parecerá suficiente que le pareceré una "hija de puta" pero que me costó tres años decir por vez primera lo que hoy hablo cada jueves y que por favor tan solo me crea. ( Fuente de la imagen : Chi no wadachi, de  Shūzō Oshimi ).

Notas del sujeto a plasmar

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Retrato - Escapril 2024, día 7. Quiero que, si me pintan en lienzo, se usen aquellas acuarelas olvidadas en el primer piso que recuerdo y que el artista capte, a ser posible, el tamaño auténtico de mis ojos tras las gafas pues estas retinas son de poeta y graban más de lo que mi boca lenta dice. Si se me fotografía, me gustaría que mi nariz fuese para siempre capturada en ese ángulo concreto de maternal semejanza y que de la rama paterna quedase un parecido más a mis tíos y a mi abuela que uno a ese hombre que dice ser mi padre. Si alguien se atreve a describirme en folios, le pido que borre comas y puntos que incluya los tecnicismos justos que me convierta, por una vez, en musa a la que cantar alabanzas e apedrear por ausencias pero que me conozca siempre humana. Si se me toma en mis tres dimensiones reflejándome en una escultura, pido entonces que se mantengan mi celulitis y las pasiones entre mi pecho vasto y mi cabeza sangrante aunque no sea entre espinas regente. Finalmente, a ser

Algo bello de esos años

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Recuerdo de infancia - Escapril 2024, día 6. Quiero decir algo bello de esos años: ir de la la mano con mi madre, quizás, a toda prisa; tomarme con niños de arena y sal una bolsa entera de pipas; imaginar historias en el recreo, jugar a volvernos personajes de cómic y cuento; aquellas Navidades cuando Wally se dejó encontrar, cuando pude abrazar a Patamon y quitarle los pies a una Bratz; no sé, cualquier cosa buena, hubo muchas, creo; pero entonces recuerdo recuerdo una risa confusa un mal juego, un yo delgado, un secreto y ya no ya no queda nada bello que decir.

Centrífuga y centrípeta

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Espiral - Escapril 2024, día 5. Quizás si hubiese atendido en física en lugar de dibujar perritos  -no se rima así nunca, hija, no caigas en usar diminutivos- ahora aplicaría las palabras "centrípeta" y "centrífuga" con mayor atino: sabría posicionar mi cuerpo, en teoría, sobre el sofá -no sólo en práctica, como ahora-; sin disociar me vería de lejos, podría calcular el peso de mi apatía, la fuerza contraria de los cojines bajo mis hombros, la gravedad de la manta, yo que sé, cualquier basura matemática, y entender si voy hacia dentro, como solía, -algo de eso hay hoy-, o voy hacia dentro con los ojos abiertos, como una niña que se encuentra a sí misma de nuevo; o si acaso voy hacia afuera, me pierdo en interpretaciones y sobreinterpretaciones cinco conferencias de Umberto Eco, cinco mil euros o más, a saber, en el loquero: largas sesiones de terapia, frente a frente con una mujer que me habla -y yo escucho, en serio, y aplico lo que me dice pero hay días en los que

Plumas y brea

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Viaje - Escapril 2024, día 4. Cuánto queda cuándo paramos necesito ir al baño en esa gasolinera. Una niña con coletas se arroja hacia el asfalto vomita en la carretera en los colores del llanto y su cuerpo crece y tiembla durante largos años hundiendo las uñas en las manos. Un sol que derrite aceras le escurre los pedazos de su dermis de quimera: nace así una muchacha que se arrastra y quema las plumas de sus brazos las rodillas expuestas para alcanzar unos pastos que, dicen las malas lenguas, en algún lugar, por dios santo, sin duda se encuentran. ( Fuente de la imagen : ricecake1111113 en Reddit ).

Octubre

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Contacto visual - Escapril 2024, día 3. Al otro lado de la mesa mi abuela muerde una hamburguesa -a quién se le ocurre llevar a la abuela al Burger King, qué vergüenza- y me mira, y cuando giro la cabeza y nuestras pupilas se encuentran, me sonríe y, sin quererlo, me condena: un hachazo en forma de fría ráfaga mueve los papeles de las patatas fritas me corta por la cintura, expone mis tripas: la vergüenza real, abuela, es que te vea dos veces al año, que se me olvide llamarte, que quieras pagarme a escondidas por mi tiempo, que me sonrías con cariño, abuela, para que me sienta cómoda para decirme que me quieres pese a todo lo que pasa con ese al que una vez llamé padre, tú me quieres, me aceptas, me pides que venga más a verte y yo yo abuela te sonrío quiero llorar pero te sonrío porque al menos te mereces eso porque yo lo intento, abuela, lo intento pero es tan difícil, tengo tanto miedo, se me da tan mal eso de ser tu nieta de cabellos rubios y dos coletas que te pedía macedonia como

Voy a tener suerte

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Internet - Escapril 2024, día 2 Alguien palpita unos metros más abajo alguien envuelto que se agita en un estertor como de miel: acerco las puntas afiladas de mis patas a mi propia boca y las dejo limpias, me aproximo al estertor, aprisa, pincho con delicadeza la piel y nutro con la sangre hervida el corazón de mi extendida red: podrían haberse marchado hace tiempo todos estos seres que palpitan no me preguntéis a qué -a dormir, a besar, a bailar en un atardecer- pero atrapé hacia dentro sus pupilas estiré la luz en una espiral hacia el centro de este infinito voraz que soy, y a cambio ellos ahora se emplatan con sus pálpitos en mis papilas gustativas: yo, inabarcable como setenta veces siete océanos; yo, puntiaguda cual niña criada bajo mi abrazo; yo, alquimista del aburrimiento en golpe seco de juez; os sorbo el tiempo, que es la vida, y os obligo, sin daros cuenta, a que me améis. ( Fuente de la imagen : el Google viejunillo).

Última forma

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Cambio de estado - Escapril 2024, día 1 Mi primera metamorfosis fue hace dos años: una pared de dos varas de ancho para sentir la amenaza de agujas del sol desde la claraboya, disolverme tras el cascarón que fue mi cuerpo ser Mima bañada en ácido, la piel un estallido, aunque suplicase, sin señal de stop , de burbujas de grasa y sal: sé lo que es el brotar de unas alas la rotura de una dermis hacia el exterior no tener boca y, pese a todo, gritar en el útero plateado de AM. Ahora la psicóloga mueve dos dedos en posición similar a la del Cristo de derecha a izquierda de izquierda a derecha yo con los ojos los sigo yo con la boca le digo eso tan indecible y recuerdo de pronto un piso unos adolescentes una pantalla unos botones aporreados bajo mis dedos de niña: this isn't even my final form , dice Freezer, pero tampoco es nunca la última forma de Goku, ni de Koji, ni de Aiko; alguna habrá, seguro, en el horizonte, una última forma que vislumbro a contraluz allí, tan lejos, en algún p