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El caníbal III

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Cómo existir - Escapril 2024, día 29. He caminado por las aceras de la noche he llegado hasta mi casa, o cualquiera de mis casas: mamá me ha preguntado qué tal desde su cama, o quizás no, quizás he encontrado a mi pareja frente al ordenador y se ha preocupado por lo que me ha pasado, y le he dicho "luego". La ducha llora un agua que lame de mis pies descalzos la mugre y la sangre, pero el horror se me queda tras los ojos, el horror necesita uno de esos grifos que tienen en las fábricas para limpiarse antes de la ceguera, antes de que lo tóxico robe. No quería ducharme allí, creo que nunca llegué a ducharme allí, en la casa del poeta, en la casa de la bestia, en la casa del pasillo donde ahora se desangra como un cerdo la fiera. Una vez en ese corredor jugué a los legos: hay que entender que, para seguir el juego, a veces es mandato destruir lo anterior y crear algo nuevo con pedazos viejos; y ha sido violento pero, a mis casi treinta años entiendo que ciertas cosas no se pide

El caníbal II

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Cirugía - Escapril 2024, día 28. Esta no es otra de mis noches bohemias Esta noche no hay saxofón y si hay música viene de una radio vieja que suena como un hueso entre las muelas Esta noche me arrastro me arrastro como siempre me arrastro hacia la hierba fangosa del cuarto de baño Esta noche me ha despertado una punzada en el estómago una especie de harikiri desde la bilis y me arrastro me arrastro me doy la vuelta soy ese insecto extraño de esa película de miedo que no he visto ¿de dónde viene este conocimiento entonces? De dentro de dentro viene de dentro del estómago es el trozo bueno de mi carne que me comí que me vuelca Miro el techo y la mugre del techo miro mi tripa de inasible embarazo y veo la piel estirada hacia arriba a punto de romperse En un alarido al trozo de carne le pido que pare pero a ese trozo ya crecido no le puede importar menos mi grito: la piel al fin se abre asoma un bisturí de dentro a afuera y desciende en una cesárea arcaica a vientre roto y abdomen en dos

Una valla entre tu libertad y la mía

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El límite absoluto - Escapril 2024, día 27. Dile a tu Dios estas palabras: solo dos letras marcan la diferencia entre el hoy y el mañana, entre la sonrisa y la lágrima, entre el continuo o el fin: no soy digna de que entres en mi casa pero una palabra mía bastará para tu marcha, un segundo mío de la lengua y la garganta sobrará para que, si me quieres o, al menos, me respetas, sin reproche y muecas te vayas. Dile a tu Dios, quienquiera que sea, en los confines del universo o aquí en la Tierra, con las manos marchitas o nuevas, impreso en libros, en billetes o en epopeyas, dile a tu Dios esa sílaba, esas dos letras, para ver si calla y da la vuelta; dile a tu Dios, con voz resuelta, que agarre tu no y se lo aprenda. ( Fuente de la imagen: Serial Experiments Lain).

Autómata

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Modernidad - Escapril 2024, día 26. Le digo a una IA que me defina el capitalismo o eso que sientes cuando estás enamorada o eso que sientes cuando llevas seis años seguidos enamorada o que al menos me haga una lista de todas las guerras pero  sus respuestas salen de Wikipedia, esa variable imposible dentro del yugo del dinero, un nexo global de personas  que escriben, revisan, cambian, mejoran; la IA se aprovecha de todo eso y me da una definición de libro para capitalismo, dos explicaciones redactadas a corte de bisturí aséptico sobre ese asunto tan complejo de estar enamorada, y me da una lista de nombres y fechas de todas las guerras que no comprende como no comprende que yo lo que quiero es un vídeoensayo enfervorecido en defensa de un mundo donde Wikipedia no sea excepción sino regla; un poema cursi y crudo de una chica enamorada palmo a palmo en sus tripas y otro de ella, ya mujer, seis años después con el amor como un té caliente en el estómago; y una muestra del horror, un por

El caníbal I

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Oscuro secreto - Escapril 2024, día 25. Me arrastro Un saxofón suena bajo mi ventana Son las tres de la madrugada Yo me arrastro entre sombras y una calle con olor a meados Me arrastro en noches sin luna Solo siempre estoy  tan solo Arrastro mi cuerpo que pesa una tonelada doy mucho asco yo lo sé -¿lo sé? lo intuyo- pero lo tapo con trucos de mago en la garganta: hablo de artes y literatura soy listo muy muy listo pero no tanto por eso me arrastro me arrastro me arrastro por pasillos con capa sobre capa sobre capa de polvo que ninguna mujer para mí ha limpiado y llego a una cama y encuentro algo no sé algo un trozo de mi carne más pequeño que no da tanto asco y lo huelo y lo rozo con los labios y para mí fue lunes o para mí fue sábado tanto da tanto asco pero recuerdo morder y masticar y saber que algo de mí fue bueno quizás algo que fue bueno ahora se disuelve en mí mientras yo me arrastro me arras trome arras tro. ( Fuente de la imagen :  I Have No Mouth, and I Must Scream, Dennis Sm