Centrado en el color - Escapril día 9
Estamos hechas las mujeres
de la arena roja de Marte
donde el dios de la guerra
se arrodilla ante Atenea:
la que destronaría al rey de reyes
tiene en la piel el tono de la luna
entre las piernas unos mares que ahogan
y nada que envidiar a esa Venus
de la que dicen que procedemos.
No es ese nuestro planeta
ni Afrodita nuestra diosa.
Nuestra diosa es combativa
y desde su melena densa y sus dedos
gotea la sangre oscura que baja
desde su vientre hasta el tobillo
el endometrio vilipendiado
del que brotarán rosas rojas y claveles
que se alzará en copas del vino
que matará el hambre.
A las mujeres se nos asignó
un tono rojo desgastado
un rosa como para calmarnos:
aquí tenéis el blanco de la pureza
también el blanco de las calaveras
usad vuestros dedos delicados
para esta mezcla que nunca sabréis
si ocultar o levantar como bandera:
tú no eres como otras niñas a ti
no te gusta el rosa.
Esta mañana Atenea se ha tomado
una píldora rosa al tragar la sangre
de ese tan frágil Ares
que arrodillado ante ella no sabe
si temblar, enfadarse, o dejar
que ella le agarre la cabeza
para que le hunda la lengua
y lama el río palpitante de la vida.
Esta mañana Atenea se ha vestido
con una chaqueta rosa de falso cuero
ha viajado hasta el planeta rojo
y le ha dicho a Ares que se marche:
de la batalla a él le queda un ojo morado
y a ella el reclamo de los dos colores
que ella misma se ha asignado.
(Detalle del cuadro "Las rosas de Heliogábalo", de Sir Lawrence Alma-Tadema).
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