A todas las muchachas muertas
A todas las muchachas muertas
en los ríos secos de sus amores
lapidadas a diario las piedras
rebotan y caen en los bolsillos
se me hunden las muchachas en la tierra
yerma asoman sus manos las yemas
heridas de escarbar y escarbar como niñas
en la playa en busca de agua hacia arriba
miran todas ellas: Ofelias clonadas pálidas
apagadas como el interruptor de cada noche
como el lecho ardiente por la rabia eléctrica
del pulso falso, la rutina del orgasmo fingido
sin que ellas mismas lo sepan, búsqueda
de ese clímax filmado y constante en cada beso:
desde hace años nos amamos
supuestamente nos amamos
desde hace años siempre remarcas
el error terrible de amarme
siempre esa queja amenazante
en la comisura de tu labio
que tiembla lo mismo para herirme
que para besarme sin mimo y rápido:
no hay nada nada ni un átomo perdido
de todo el cariño que busco en el caudal
de este camino de polvo, este río de asfalto
entre los discos olvidados en el coche
reminiscencia escondida como una pelusa
entre tus dedos y los míos.
A todas las muchachas muertas
bajo toros de Osborne, falsas promesas
arrastradas en un terremoto de guijarros
hacia el mar, la mar, la gran mujer de sal
a todas vosotras muchachas os digo
que ella lamerá las heridas abiertas
los labios secos entre las piernas
recibirá entre sus aguas las vuestras
las legañas por fin lágrimas
los bramidos contra los riscos
en un estallido de espuma resurgirán
todas las muchachas muertas
con miel densa que baja por los muslos
con salitre en los ombligos
nuevas diosas del mundo nuevo
única deidad necesaria
para el resto de sus días.
en los ríos secos de sus amores
lapidadas a diario las piedras
rebotan y caen en los bolsillos
se me hunden las muchachas en la tierra
yerma asoman sus manos las yemas
heridas de escarbar y escarbar como niñas
en la playa en busca de agua hacia arriba
miran todas ellas: Ofelias clonadas pálidas
apagadas como el interruptor de cada noche
como el lecho ardiente por la rabia eléctrica
del pulso falso, la rutina del orgasmo fingido
sin que ellas mismas lo sepan, búsqueda
de ese clímax filmado y constante en cada beso:
desde hace años nos amamos
supuestamente nos amamos
desde hace años siempre remarcas
el error terrible de amarme
siempre esa queja amenazante
en la comisura de tu labio
que tiembla lo mismo para herirme
que para besarme sin mimo y rápido:
no hay nada nada ni un átomo perdido
de todo el cariño que busco en el caudal
de este camino de polvo, este río de asfalto
entre los discos olvidados en el coche
reminiscencia escondida como una pelusa
entre tus dedos y los míos.
A todas las muchachas muertas
bajo toros de Osborne, falsas promesas
arrastradas en un terremoto de guijarros
hacia el mar, la mar, la gran mujer de sal
a todas vosotras muchachas os digo
que ella lamerá las heridas abiertas
los labios secos entre las piernas
recibirá entre sus aguas las vuestras
las legañas por fin lágrimas
los bramidos contra los riscos
en un estallido de espuma resurgirán
todas las muchachas muertas
con miel densa que baja por los muslos
con salitre en los ombligos
nuevas diosas del mundo nuevo
única deidad necesaria
para el resto de sus días.
(Arte por: Jeremy Mann)
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