Agosto
Euforia - Escapril 2020, Día 15
Creo que la gente no me entiende en las terrazas:
deben pensarse que quiero saltar a la acera,
que por eso me inclino sobre la barandilla
y busco gatos en las baldosas, destellos
de atardecer entre las nubes y adolescentes
de fiesta en los balcones.
Creo que la gente no me entiende en discotecas:
no bailo bien, está claro, pero bailo
y canto fuerte sin necesidad de cerveza,
de cócteles que me sangren la cartera
y me río muy fuerte y siempre pienso
en los que no están allí conmigo
y bailo como si lo estuvieran.
Creo que la gente no me entiende en el amor:
es un manantial que fluye hacia fuera
que se escapa de mis manos y recorre
cada palmo de memoria, de distancia,
todo lo que pudo ser, todo lo que ha sido
y lo dejo manar para ser flor sin espinas
cuando quiero acariciarte.
Creo que, sobre todo, la gente no me entiende
cuando coso mis labios a propósito
y así callo todo lo que no merece la pena decirse
y al mismo tiempo todo lo que me da miedo
pero tampoco entienden mis risas amplias
ante cualquier circunstancia: quizás si no riese
existiría ese peligro de saltar hacia la acera.
Pero, decía, la gente no me entiende en las terrazas:
son las seis de la mañana, un agosto cualquiera,
y en esta escena que aún no ha sucedido
me descalzo, me apoyo en la barandilla,
estiro la mano hacia un amanecer eterno
y estoy agotada de tanto baile y tanto beso,
pero a mí me da un poco la risa
aunque nadie más la entienda.
(Fuente de la imagen: La virgen de agosto).
Uff. UFF. Siento muchas cosas hacia este poema, siento que entiendo bien el que la gente no entienda el vivir de forma intensa, hagas lo que hagas y seas como seas, pero no esperaba ese final. Me gusta mucho la construcción de escenas como fragmentos de la memoria y ese pequeño flash-forward (¿o mejor futurible?) de algo que podría no pasar pero que desde luego también podría hacerlo, y de lo lógico que sería teniendo en cuenta todo lo demás que nos cuentas y que (no) entendemos. Ha sido maravilloso descifrarte, me encanta que me pongas el cerebro a andar.
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