El día que oscureció a las once
¿Cómo estaba el cielo? - Escapril 2020, Día 18
El atardecer te rozaba lentoel puente de la nariz, las pestañas
y deseé contigo mil mañanas
mil agostos para aliviar inviernos.
Deseé ser el fotograma de un beso,
un balance de blancos en tus sábanas,
una postal de nubes anaranjadas
dentro de tus ojos a contratiempo.
A punto de comenzar otro agosto
yo guardé para siempre tras los párpados
aquel atardecer, el primer gozo
de tenerte por fin entre mis brazos:
el cielo nos bendijo en ese todo
que sólo traen consigo los veranos.
(Imagen: libre de derechos).
Ha sido precioso. Es precioso y creo que siempre será precioso, da igual cuántas veces lo lea. Esa necesidad de acortar distancias y de que el verano vuelva a uniros queda muy suavizada por la dulzura de los deseos y es, en fin, un caramelito. A veces me das tripas de dolor, hoy me has dado tripas de mariposa y te lo agradezco igualmente. Va un poco en la línea de uno de los poemas en los que hablas del encierro y, si no recuerdo mal, de una ventana. Voy a tener que releerte entera cuando acabe abril para unir todos los puntos jejeje
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